Salpicar…
Hay días hechos para eso, para saltar en un enorme charco de miedos,
Y conseguir esparcirlos alrededor del mundo.
Para buscarte en otras historias escritas hace tiempo
Por otras manos…
Para ponerle banda sonora a todos nuestros pasos,
Y ahora solo quiero soplar tan fuerte que la realidad se parta en dos,
Para conseguir que los lacasitos sean el premio suficiente para agradecerte todas las sonrisas.
Que quiero aprisionarte de la misma forma en que las comillas y los paréntesis encierran palabras, como en el ajedrez la reina encierra al adversario, como los dormitorios encierran llantos, como las universidades encierran algunas mentes;
y quizás tú entres por mi ventana a mirarme cualquier noche de estas, satisfecho de condenarte a la reclusión perpetua de mis [a]brazos...
Solo así puede que algún día aprenda a gritarte en silencio, mientras coloreamos a medias atardeceres en blanco y negro de esos que detienen la respiración por un segundo y permiten parpadear a la vez.
Quiero inventarte un mapa lleno de sueños, que contenga hasta la velocidad del viento, para que nunca nadie pueda despistarnos de lo que realmente queremos. Y solo entonces cuando todos se vayan y la luna sea esa cómplice chibata del sol, te enseñaré como se bailan los blues a la luz de las estrellas, que parpadearan emocionadas al ver tus manos en mi espalda. Creando el lenguaje eterno de nuestros silencios.
Había soñado con este instante varios lustros,
Y de repente llega en un momento equivocado
.Aguántame la mirada. Y bésame sin rozar los labios.
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