jueves, 15 de noviembre de 2007

Viento...



Días mirando a lo más alto, sonidos de trenes que pasan una sola vez. ¿Subes o bajas princesa? En un escéptico invierno, con un corazón de verano. Quiero aprender a correr sin rodear las esquinas de tu casa, quiero aprender a mentir sin ser esclava de una garganta profunda. Me gustaría ser poeta y escribir una dulce verdad escondida entre versos. Pero no me gustan las rimas, sino las melodías de un pestañeo. Algo más real, ¿entiendes?





Duermo entre camas de posibilidades y almohadas de esperanzas. En el tiempo que se funde de nuevo la bombilla, quizás todo haya cambiado ya. Puedo cambiar de piel y de vida, puedo y quiero, pero mi fuerza pierde aceite con cada suspiro. Puede ser que olvide el naranja, puede ser que me entregue al chocolate, puede ser que visite un camino sin regreso. En la cuerda floja del sentido de una palabra, no creo en el futuro porque nunca me deja mirarle a la cara. Por eso siempre miro a arriba, para perderme entre mis propias nubes, y de vez en cuando sentarme al lado del cielo.

Ganas de mi, de sonrisas nocturnas, de deseos cumplidos, de velas sopladas, de entregas a domicilio, de miedos sin nombre, de agujas sin dolor, de te quieros sin mentiras, de música sin anestesia, de corazones sin cristales, de mordiscos sin enfados

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es la primera vez que te lo digo pero reitero. Me encanta verte tan feliz, tan contenta y tan alegre. Todo ello a pesar del año apoteosico que tienes con los estudios.

Se que ultimamente no hemos hablado demasiado, pero no creas que me olvido de ti, eres como ese peluche escondido en el armario, o esa cancion que no escuchas por que te encanta. Se que aunque ahora no estes aqui bastaria un "te necesito" para traerte.

Nos vemos en el cementerio de los ingleses. un besito

Anónimo dijo...

never ataca de nuevo.
mira bien entre las nubes que te escondo un abrazo y te lo mando...

bye