viernes, 30 de noviembre de 2007

Escap[hada]


Me voy al lugar donde nacen las caricias,
Los susurros, los sueños, y los cuentos
Donde todo son paseos agarrados de la mano,
Donde la misma bufanda alberga dos cuellos,
Donde estremecernos descubriendo un futuro.

Donde los susurros tienen nombre propio,
Y los vals de Amelie lo envuelven todo,
Donde aprendes a cerrar los ojos…
Y recontarte las pecas de memoria
Mientras respiras un poco de ilusión…

.Lo necesito… tanto como la navidad y sus luces.

.Escapada como dios manda al palacio de mis sueños.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Intentando respirar...


Hace días que intento buscar por el fondo de cada rincón, y cada esquina una pizca de felicidad. Supongo que todos tenemos un botón que se dispara proporcionalmente al número de golpes que eres capaz de soportar. Y yo últimamente no esquivo ninguno. No se si me duele más pegarme de bruces contra la pared, o saber que cada vez que lo hago, pierdo un poco de esa chispa que me caracteriza. Me asusta mirarme al espejo y no reconocerme, que me cueste sonreír y que aguantar las lágrimas, se haya convertido en el deporte nacional del mes.

.Y yo nunca he sido así.

[Viajando a la velocidad de la luz a sitios míos que nunca he conocido]

viernes, 16 de noviembre de 2007

Cosa más dulce que tú??? Felicidades!!!


Ese eres tú, señorito. Una vela más en el pastel que este año será especial, porque estarás más rodeado que nunca, y no solo por la cantidad de gente que se ha volcado en esto de tu cumpleaños, sino porque cada día somos menos dos, para ser más uno… [Quizás ahora entiendas el porque no me gustan las cosas pares].

Porque desde que llegaste a mi vida como un huracán desordenándolo todo, he empezado a encontrar orden en nuestro desorden, porque siempre me gustaron las cosas espontáneas, como tu sonrisa leyendo esta carta. Y si, me he prometido no hablarte raro, ni en clave de sol. Porque aunque cumplas 22 y seas un poco más sabio que el año pasado, todavía no estás diplomado honoris causa en todas mis rarezas. Y eso me gusta. Sorprenderte, [sorprenderme mientras te descubro re-descubriendome] y que tu me sonrías, como si fuese lo más bonito que tienes en la vida. Una de esas cosas que de pequeño hubieras escondido debajo de la almohada por temor a perderlo [me]. Y me haces sentir como una de esas cosas importantes que esconderías en una caja de zapatos debajo de la cama, que solo tiene el valor, que tú quieres darle. Como mi colección de envoltorios de Crunch.

Y esto es todo, no se me ocurre mucho más que decirte en un día como hoy, solo espero, que haya sido especial, que te hayas sentido, por lo menos, tan genial como me haces sentirme a mi contigo. Y que no me gustan las cosas pares, desde que me demostraste entre susurros al oído, y pestañeos, que eres Único, y que nunca voy a encontrar, por vueltas que quiera dar al mundo. Algo que se te parezca por lo menos un poquito. Y que ojala me dieran créditos de libre elección por cualquiera de las destrezas que desarrollo cuando estoy contigo, pero creo que todavía ser experta en caricias, en la contabilidad de tus pecas o en comer galletas de chocolate sin utilizar las manos, mientras me mancho la nariz, no están homologados como estudios de post- grado. Y la verdad es que es una verdadera pena. Que Te quiero mi payaso! Felicidades!

jueves, 15 de noviembre de 2007

Viento...



Días mirando a lo más alto, sonidos de trenes que pasan una sola vez. ¿Subes o bajas princesa? En un escéptico invierno, con un corazón de verano. Quiero aprender a correr sin rodear las esquinas de tu casa, quiero aprender a mentir sin ser esclava de una garganta profunda. Me gustaría ser poeta y escribir una dulce verdad escondida entre versos. Pero no me gustan las rimas, sino las melodías de un pestañeo. Algo más real, ¿entiendes?





Duermo entre camas de posibilidades y almohadas de esperanzas. En el tiempo que se funde de nuevo la bombilla, quizás todo haya cambiado ya. Puedo cambiar de piel y de vida, puedo y quiero, pero mi fuerza pierde aceite con cada suspiro. Puede ser que olvide el naranja, puede ser que me entregue al chocolate, puede ser que visite un camino sin regreso. En la cuerda floja del sentido de una palabra, no creo en el futuro porque nunca me deja mirarle a la cara. Por eso siempre miro a arriba, para perderme entre mis propias nubes, y de vez en cuando sentarme al lado del cielo.

Ganas de mi, de sonrisas nocturnas, de deseos cumplidos, de velas sopladas, de entregas a domicilio, de miedos sin nombre, de agujas sin dolor, de te quieros sin mentiras, de música sin anestesia, de corazones sin cristales, de mordiscos sin enfados